-oh...
No pude decir nada más en ese instante, me atravesó el corazón instantáneamente. Nunca había sentido tanto dolor, o sí, tal vez aquel día que te vi desaparecer a la vuelta de la esquina, corrí corrí por ti, te agarre y te pedí que pararas.
Me ignoraste.
Entonces comprendí que tu rencor volvía a apoderarse de ti, no hice nada, tan solo te seguí te acompañaba a unos pasos por detrás y veía como caminabas, como huías de mi...
Oh, todavía recuerdo las ganas que me entraron de besarte cuando te agarré del brazo y te giraste con esa mirada de odio y dolor, eras tan bonita.
Te acuerdas cuando te iba a buscar a la parada de guagua te hacía caminar un kilómetro pero que para ti eran como diez y nos pasábamos toda la tarde tumbadas en el césped... Yo sí, y todavía lo recuerdo como si fuera ayer... uno de los pocos recuerdos que me quedan en mi subconsciente... Ojalá se me hubiese borrado como todo los demás. Ojalá.
sábado, 12 de mayo de 2012
Apagada, frío y con olor a humedad. Las paredes son de color gris, un gris bastante oscuro, su pintura se está callendo lentamente. Su textura da asco, parece que estás tocando moho. Me acerco un poquito más y lo huelo...
Huele a muerte.
La muerte tiene un olor... agrio pero dulce, triste pero feliz, agobiante y aliviador.
Te noto, sé que estás a mi lado, pero ¿Por qué no te puedo ver? ¡Dónde estás! por favor...háblame...
Me estás tocando, noto tus dulces manos cálidas rodeando mi torso... agárrame más fuerte por favor, te necesito...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)