sábado, 30 de abril de 2011

Gracias.

Queridos internautas:

Quería agradeceros desde lo más profundo de mi vuestro apoyo, jamás me pude imaginar que me pudieran comprender,  y no solo eso, también me apoyan y me ayudáis a seguir adelante. A simple vista puede parecer poca cosa, pero jamás sabres como se siente otra persona hasta que tu te pones en su piel.
 
Sentada en mi cama, con los pies rozando  el suelo, las manos agarran fuerte la colcha, cabizbaja. Solo podía recordar una cosa... primer domingo de mayo, primero domingo de mayo, primer domingo de mayo. Golpeaba mi cabeza sin cesar, eran golpes invisible en mi estómago.

-Te echo de menos.-Dije con voz apagada, o creo que lo dije. 

¿Cómo se sentirá mi madre? Cómo se despertará cada mañana sabiendo que el primer puto domingo de mayo no le regalará a nadie. Cómo es posible...

"[...]Es ley de vida, más bien vida sin ley.[...]"

Me levanté decidida ha caminar otro paso más, no por mi, ni por ti. Por ella, la única mujer que me ha comprendido adorado y apreciado desde que tengo constancia de la amistad. 

Caminé. Mi perro Toro me siguió, cogí la correa y lo llevé a pasear. Cuando llegé ya estaba mi abuelo esperándome para ir a comprar el regalo de mi madre. 

Yo le podré regalar a mi madre. Y aunque ahora mismo nos llevemos un poco mal, y no nos hablemos, yo la quiero, ella me quiere, aunque después de la muerte de mi abuela, se ha convertido en una madre demasiado protectora. Tal vez más de lo que debería.


[...]