jueves, 26 de enero de 2012

Otro momento de desesperación.

Los estudios son la fuente de la libertad, tanto socialmente como psíquica. Los estudios siempre me han ha ayudado ha conseguir dejar de lado mis preocupaciones, mis lamentos, en otro lado. Estoy en un mundo en el cual nadie se puede acercar lleno de felicidad rodeada de cultura.

Antes era mi mundo. Ya no.

Ahora tan siquiera estudiando consigo olvidarme de esas preocupaciones que no deberían de ser tan importantes, esas preocupaciones que yo ya había conseguido, o eso creía, superar. Ya no tengo ganas de estudiar, ponerme en frente de un libro, de unos apuntes es como asomarme a un abismo y querer saltar. Me falta valor.

Estoy sola. Sola.

Me he sentido sola muchísimas veces, pero jamas como me he sentido hasta hoy. Me he sentido sola rodeada de gente, incluso me he sentido mal en una comida familiar, pero jamás me había sentido tan excluida como me siento ahora.


Los recuerdos de mi abuela me vienen en la cabeza. Era mi madre. No, era más que una madre, fue ella la que me crío fue ella la que me regañó mientras mi madre no estaba. Fue mi abuela la que me daba los besos antes de dormir, era ella la que me enseñó los valores de la vida.

Te echo tanto de menos.

Todavía recuerdo lo triste que se ponía cuando discutíamos, me encantaba ver su cara porque inmediatamente iba corriendo a darle un abrazo y llorábamos juntas. La amaba. La amo.

Son tantas explosiones de sentimientos juntos...no sabría explicarme. Tan solo sé que me duele la espalda y que no puedo dejar de brotar este largo e intenso río por mis mejillas. Mi madre biológica está fuera hablando con su marido y con un amigo, mientras tanto, yo estoy aquí con mi perro que está mas que harto de verme llorar.

Ya ni yo misma me entiendo y tan solo me queda esto. Escribir.