lunes, 23 de mayo de 2011

Por ti.

Tu olor llega resoplando por las ramas de los grandes pinos. Tu ímpetu, puede doblar hasta los más fuertes robles...

Dime tú, que llegas a mi casa, a mi comida, y me adviertes de tu llegada. Dime tú, aquella dichosa, que me da ganas de tocarte, y al hacerlo, te marchitas como si el más terrible invierno hubiese llegado. ¿ Qué debo hacer para no alejarte de mi? 
Dicen que la oscuridad, es sinónimo de soledad. Pues bien, escuchadme, tu que te atreves a darme mayor brillo del sol,  y a la misma ves con tu sonrisa malévola, conviertes cada rayo, en plena oscuridad. Decidme cómo lo hacéis, por favor decidme la cura de vuestro mal...